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LA CASCADA DE BABEL: Historia, Letras, Libros

In memoriam: Xaime Quessada Porto (Ourense, 1937-2007)

In memoriam: Xaime Quessada Porto (Ourense, 1937-2007)

¡Por fin tengo un discípulo en España! Esto fue lo que exclamó Pablo Picasso al conocer algunas de las obras de Xaime Quessada, pintor, escultor, autoproclamado escritor cojonudo y artista por encima de todo. Su estilo es muy deudor de la época azul del genio malagueño, pero Quessada hacía lo que le daba la gana. Sus obras hablan por él más que cualquier tratado de arte, así que no es a ellas a lo que voy a dedicar este obituario. Quiero escribir sobre la imagen que tengo de él, cuando aceptó que le entrevistara para mi asignatura de Historia del Arte Contemporáneo, en mi segundo curso de licenciatura, allá por el invierno de 2000...

Me propuse hacer algo rompedor recurriendo a un artista vivo, que pudiera contarme por su boca qué era su arte. Me invitó a su casa (Lucenza, le gustaba llamarla) y me echó en cara que no le ayudase a bajar los termos de café solo que nunca faltaban en su mesa (en aquel tiempo, yo aún no había conocido a un asiduo lector de este blog que me descubrió ese y otros vicios...). Con su obra puso a Ourense en el mapa. En sus penetrantes ojos azules de niño eterno, podía una asomarse al mundo. Café, cigarrillos y charla eran inseparables de su cuerpo huesudo y vibrante. Yo nunca tuve la sensación de estar entrevistando a un mito, ni a un divo. Sí a un hombre preocupado por la deriva consumista del mundo y del arte, que no soportaba la verborrea a sueldo de los críticos (esos que nunca han creado nada original y que sólo vomitan bilis sobre las creatividades ajenas). Su puerta estaba siempre abierta a gentes e ideas. Cercano, tratable y sencillo, conversar con él era subirse a un bote, tirar los remos y dejarse arrastrar por el torrente de sus palabras.

La repentina muerte de su único hijo Xaime, pintor como él a los 30 años (junio 2006), fue un golpe del que no logró reponerse. Los restos de padre e hijo reposan ya en el cementerio de O Carballiño, mi tierra. Por una vez, me siento orgullosa de  que su última morada sea la villa en la que yo nací. Quisiera poder visitarle un rato a donde sea que vayan los muertos para asisitir a alguna de sus charlas con Picasso, café solo por medio, claro.  Mi bella Auria empieza el año un poco más huérfana... ¡Hasta siempre, Xaime! Llorando

1 comentario

Gus -

Todo un artista, que pena...